10 CLAVES PARA UN CORAZÓN SANO


10 CLAVES PARA UN CORAZÓN SANO


Las enfermedades cardiovasculares son patologías propias de las sociedades occidentales y aunque algunos de sus factores de riesgo son fácilmente prevenibles, el alcance mundial de este tipo de dolencias es muy elevado: son la primera causa de mortalidad en el mundo, superando cualquier tipo de cáncer y el sida. Por lo general, no producen síntomas hasta que ya es tarde y se llega a producir un infarto o una angina de pecho.

 LO QUE DEBES SABER
  • Un estilo de vida físicamente activo va asociado a una reducción en la frecuencia y en la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares.
  • Seguir una dieta equilibrada puede ayudar a disminuir tres de los principales factores de las enfermedades del corazón: colesterol elevado, hipertensión arterial y exceso de peso.
  • A partir de los 40 años se secomienda realizar revisiones médicas periódicas, especialmente quien tiene antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, hipertensión, colesterol, diabetes, obesidad y tabaquismo.
 1. Practicar ejercicio físico cada día. Un estilo de vida físicamente activo va asociado a una reducción en la frecuencia y en la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares. Al mejorar el funcionamiento del sistema cardiorrespiratorio, tener un efecto beneficioso sobre el sobrepeso, la hipertensión arterial, la diabetes y la hipercolesterolemia, disminuye las posibilidades de aparición de angina de pecho e infarto de miocardio. Además, presenta efectos psicológicos muy importantes, que contribuyen a controlar el estrés y aumentar el bienestar mental.

2. Seguir una dieta sana y equilibrada. Seguir unos hábitos saludables en la alimentación puede ayudar a disminuir tres de los principales factores implicados en las enfermedades del corazón: el colesterol elevado, la hipertensión arterial y el exceso de peso. Así, es posible reducir el riesgo cardiovascular con sólo implementar unos pocos cambios en la dieta. Los hábitos sanos para el corazón incluyen limitar el consumo diario de sal y de alcohol. Además, la dieta debe constar principalmente de frutas, verduras, cereales, carnes magras y pescado.

3. Dejar de fumar.  El Fumar ejerce un efecto nocivo sobre el sistema cardiovascular, favorece el riesgo de trombosis y provoca una reducción del calibre de las arterias coronarias dificultando el riego del corazón. Por tanto, es imprescindible, evitar el tabaco de forma activa así como el tabaquismo pasivo (ambientes de fumadores). El hábito tabáquico puede ser muy difícil de abandonar. Se requiere una clara voluntad de dejarlo y en muchos casos un buen asesoramiento médico-psicológico.

 4. Limitar el alcohol. El consumo de alcohol moderado (uno a dos vasos de vino tinto al día) se ha relacionado con una disminución de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, está demostrado que el abuso del alcohol es perjudicial para la salud.

5. Mantener un peso óptimo. Diversos estudios han mostrado que la obesidad agrava los problemas cardíacos por el sobreesfuerzo al que se somete al corazón, predispone a sufrir hipertensión, cardiopatía coronaria, accidentes cerebrovasculares, favorece la aparición de diabetes tipo 2… además de otras enfermedades como las pulmonares y las osteoarticulares que también se ven afectadas por la sobrecarga a la que se ven sometidas. 

6. Realizar actividades placenteras y eliminar el estrés. El estrés es otro factor que puede afectar al corazón. Es más probable sufrir un ataque cardíaco en momentos de estrés, porque el corazón se acelera y aumenta la presión arterial. Cuando esto sucede, el corazón necesita más oxígeno. Esto no quiere decir que el estrés cause enfermedades cardiovasculares, pero sí parece que puede agravarlas.
 Es importante, por tanto, buscar momentos para realizar actividades relajantes y placenteras, como los paseos, el yoga, etc. y además conseguir ceñirse a calendarios laborales razonables que nos permitan disfrutar del tiempo libre y desconectar del estrés laboral diario.

7. Controlar la diabetes. En personas que padecen diabetes, el control estricto de sus cifras de glucosa (azúcar) en sangre evita lo que se conoce como las complicaciones de la diabetes en las que, básicamente, el nivel alto de glucosa mantenido provoca un deterioro de las arterias del organismo afectando principalmente a órganos como el corazón, el cerebro, los riñones y la visión. Además, existen otros conocidos factores de riesgo cardiovascular que, con frecuencia, se presentan asociados a la diabetes, especialmente la del tipo 2. Son: la obesidad, sobre todo la predominio abdominal, muy común en la mujer diabética; y la hipertensión arterial, cuya aparición suele aumentar en la mujer a partir de los 40-50 años. Todo ello hace muy necesario controlar periódicamente el azúcar en la mujer.

8. Vigilar la tensión arterial. La hipertensión arterial es la elevación, mantenida en el tiempo, de la presión arterial sistólica (la que se conoce como la máxima) y/o de la diastólica (conocida como la mínima). Habitualmente no da ningún síntoma pero es importante detectarla y tratarla porque se relaciona con enfermedades cardiacas potencialmente graves como insuficiencia cardiaca y el infarto de miocardio. Considera hipertensión cuando las cifras de la presión arterial están por encima de 140/90mmHg.

9. Mantener el colesterol a raya. El exceso de colesterol en sangre se acumula en las paredes de las arterias, contribuyendo al proceso de arterioesclerosis. 
La prevención es algo tan sencillo como comer de forma saludable, controlar el peso y hacer ejercicio físico. En los casos que así se requiera, se dispone actualmente de una amplia variedad de fármacos que regulan los niveles de colesterol.

10. Realizarse revisiones médicas de forma periódica. A partir de los 40 años es recomendable la realización de revisiones médicas de forma periódica. Esto es especialmente importante en personas con factores de riesgo como son antecedentes familiares de enfermedad cardiaca, hipertensión, colesterol, diabetes, obesidad y tabaquismo.

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